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jueves, 2 de agosto de 2012

Libro Abierto - Capítulo 12




Libro Abierto
Capítulo 12

—¿Usted es? —indagó un hombre de cabello negro con unas hebras platiadas combinadas, la piel morena y ojos tan oscuros como la noche.
—Emmm... Romance Romero. —contesté dubitativa, debido a la insesante mirada del docente, como la de mis compañeros.
—Es nueva—afirmó el hombre, sentándose sobre su mesa—. ¿De qué escuela viene?
—Del instituto Inglewood.
— ¿Dónde se encuentra ese colegio? No lo conozco.
—Queda en Las Vegas, Nevada.
—Mire usted, así que viene de la ciudad del pecado.
—Así es, ¿usted conoce mi ciudad?
—No tuve la oportudidad de llegar hasta allí—me respondió el maestro con una sonrisa—. Y digame, ¿por qué ahora se encuentra en una escuela de Illinois?
—A mi madre la transfirieron hasta aquí, así que dejé mi hermosa ciudad por... —me interrumpió.
—Por esto, un lugar más que nada... Aburrido—completó, buscado la palabra adecuada—. ¿No es así?
—Claro, Chicago es un tanto... Monótono, por así decirlo, en cambio en Las Vegas, siempre había algo distinto para hacer, era siempre diversión.
—Para los mayores de dieciocho años. —susurró el docente, y yo reí ante su comentario.
—No tiene por qué ser así, yo tengo dieciséis y seguía siendo plenamente divertido.
—Que lástima que tuvo que dejar la diversión, ¿no es así?
—Sinceramente si.
Después de nuestra conversación, me fui a sentar en el último asiento, cosa que se me estaba haciendo más que frecuente, y empecé a tomar apuntes de lo que el profesor decía y escribía en el pizarrón.
Luego de una ligera explicación de la literatura en sí, comenzó a escribir el plan de lectura que íbamos a utilizar este año: Cortazar, Borges, Shakespeare, Ayende, García Marquez, García Lorca, entre otros. Todos los escritores, imposible rebatirlo, los mejores en cada campo. Pero ya había leído de todos ellos, y habia hecho un análicis de sus obras y la manera en la que escribían, asi que este año iba a ser sencilla la materia.
—Hola, pensé que ya no me ibas a reconocer. —profirió un chico de cabello castaño.
—Hola, Liam.—saludé, besando su mejilla—. Y claro que no, te iba a ir a buscar en algún lugar de esta enorme escuela. —dije, mostrando el lugar con mis manos, a lo que él rió.
— ¿Cómo te trata el Truman? —preguntó, tomándome de la cintura y comenzando a caminar hasta las mesas del parque.
—Bien, creo que por ahora bien, las clases no son tan complicadas como me temía y bueno, con respecto a amistades, estoy más sola que Adán en el día de la madre.
—Jajaja, tampoco digas así, yo estoy acá contigo—me contradijo el muchacho, sentándose a mi lado—. Ya vas a hacer amigas.
—Amigas no hce, pero ya tengo tres amigos...
— ¿Quiénes? —inquirió este, verdaderamente interesado.
—Tú, Louis y Harry Styles.—comenté mirando al chico que me miraba a lo lejos— ¿Los conoces?
—Si, y por favor Romance, aléjate de ellos.—dijo abruptamente, y con un tono siniestro.
— ¿Por qué dices eso? Me parecieron buenas personas cuando las conocí.—dije, sin entrar en detalles para con Harry.
—Pero no lo son, aléjate de todos los Styles.
— ¿Qué tienes en contra de ellos? —inquirí, mirando a Harry recostado sobre la pared del patio, hablando con sus hermanos.
—No tengo nada en contra de ellos, pero no son buena junta.
—No entiendo.
—Aléjate más que nada de Harry, por favor, Ro.—luego de decir eso, me besó en la mejilla y se fue, sin más que decir.
Ahora bien, hay que explicar esto.
Explicación lógica: ¡ESTÁN TODOS LOCOS!
No hay una persona común y corriente en el Truman Collage. O son extrañamente misteriosos, o son mal educados, o te ignoran, te critican, te mienten, te engañan, o te ocultan cosas. O sea, ¿Qué pasa con la gente normal? ¿Se extinguió? ¿Se mudaron? ¡¿Qué pasa?!
—Así que tu noviecito no deja que me acerque a ti. —musito una voz, que no tuve que levantar la vista para saber a quien pertenecía.
—En primera: no es mi novio, y en segunda: ¿cómo sabes lo que ha dicho?
—Lo escuche.
—Estabas lejísimos, ¿cómo es posible que lo hayas oído?—inquirí, recordando que se encontraba en la otra punta del patio.
— ¿Y cómo sabes que me encotraba lejos? ¿Eso quiere decir que mientras tu novio te hablaba, te fijabas en mi? —me quedé callada, parte de lo que decía era verdad.
—Ya te dije, no es mi novio—comencé con los nervios de punta—. Y es de mala educación contestar con otra pregunta.
—Bueno, te cuento, tu novio, amigovio o pretendiente, como te guste llamarlo, no habla, grita. —me explicó, con una media sonrisa y a mi se me cayó el mundo—. Así que creo que a la distancia que me encontraba era perfectamente audible su charla, creo que hasta el director la oyó.
—Jajaja, muy gracioso Harry. —dije, levantándome del asiento, por lo que este me tomó del brazo.
—¿Dónde vas? Falta para que toque el timbre.
—Lo sé, pero estar cerca tuyo me pone los pelos de punta. —le expliqué, soltándome de su agarre.
— ¿Esa es una declaración de que te pongo nerviosa? —susurró acercándose a mi, y mi traicionero corazón comenzó a latir de una manera desproporcionada, que parecía que en cualquier momento se me iba a escapar del pecho.
—Claro que no.
—Bueno yo te diría algo, tengo dos hipótesis... —lo interrumpí.
— ¿Sobre qué?
—Sobre tu comportamiento—contestó este, sentándose en la mesa, mirándome fijamente. —la primera hipótesis es que te pongo tan nerviosa que te volves más torpe que de costumbre...
— ¡Hey! —me quejé.
—Vuelvo a decir, más torpe que de costumbre en tu manera de caminar, tan atropellada. A eso me refiero. —explicó el muchacho. —Que comenzas a tartamudear y tu corazón está a punto de salirse de tu pecho o... Que necesitas urgente una cita con un cardeólogo.
—Ja-ja muy gracioso. —me reí sarcásticamente, dándome vuelta e ignorándolo olímpicamente.
—Me parece que es la primera. —levantó la voz un poco, y escuché como reía mientras yo me iba alejando.
Salí del patio principal, alejándome lo más que podía del pesado de Harry. O sea, está bien que todo lo que dijo es verdad, que voy a hacer, lo acepto. Pero el es tan descarado como para venir a decírmelo. Es que cada vez me sorprende más.
O es un excluído que máximo me dice "hola", o me dice que muero de amor por el cada vez que lo veo. No lo entiendo. Y después los hombres dicen que las mujeres somos complicadas, ¿y ellos? son bipolares.
Esperen. ¿Estaba celoso? Digo, porque habrá dicho como dos o tres veces que Liam era mi novio, cosa que no es verdad, por supuesto. Pero el en verdad lo cree así. Esto si que era extraño, pero creo que ya estoy delirando, y con tanto loco rodiandome me estoy contagiando de la locura del Truman Collage.

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