Blinking Cute Box Panda

lunes, 17 de septiembre de 2012


Libro Abierto

Capítulo 30

— ¿Y hace cuánto no ves a tu padre? — indagó cuando yo le pregunté cómo estaba su familia.
— Hace ya nueve meses, más o menos. — contesté, fijándome en el plato de comida, ya que el tema de mi padre me dolía bastante.
— ¿Y por qué el no viene a verte? — preguntó, acariciando mi mano por sobre la mesa.
— Él estaba viviendo en California, pero luego se fue a Puebla, ya que se quedó sin trabajo. Allá iba a tener casa y comida hasta que consiguiera empleo, ya que mis abuelos y tíos viven en Méjico.
— Así que es una cuestión económica... Eso es muy facilmente solucionable, yo podría darle un pasaje de avión para que vuele hasta Illions, y... — lo interrumpí.
— No, no, claro que no. Tú no le vas a pagar nada a mi padre, ni a nadie.
— Pero Romance... — lo miré con los ojos entrecerrados y él explotó en risa. — De acuerdo, Ro, no haré nada.
— Así me gusta.
— Sabes yo... te quería decir, que... — lo interrumpí.
—  Harry Styles, ¿nervioso? — dije en tono de burla, ya que él siempre es muy seguro de sí mismo, muy confiado de todos sus actos.
— Bueno, no te burles de mi, en docientos veintisiete años, esto tenía que pasar, ¿no? — inquirió retóricamente a lo que yo reí bajo. — lo más extraño y loco de esto, es que una humana de tan solo dieciséis años, pueda causar eso en mí. — Al decir esto último me ruboricé, como de costumbre, y él sonrió.
— Y lo que más amo, es que sigo provocando esto. — musitó, hacercando su mano a mi mejilla. — espero que eso nunca cambie.
—Harry, por favor... —musité, colocándome cada vez más colorada.
—Yo... quería preguntarte algo. —dijo dudoso, y tomando mi mano y acariciando esta torpemente.
—Dime. —le pedí con una sonrisa, para infundirle confianza.
— ¿Tú, sabes que te amo? —preguntó y yo sonreí torpemente.
Yo asentí con una sonrisa y hablé:
—Tú sabes que yo también. —le contesté, ruborizándome nuevamente. El interpelado sonrió de costado.
—Y qué nos conocemos hace ya... unos meses, que debo recalcar, los mejores de toda mi existencia. —Susurró mordiendo su labio inferior, a lo que yo sonreí.
—Tú... ¿quiéres ser mi...? —y antes de que termine la frase, que estaba segura cuál iba a ser, el celular del muchacho sonó, a lo que el, por lo bajo, maldijo.
El chico me soltó la mano, tomó el movil y miró la pantalla, hizo rodar los ojos y atendió la llamada.
—Espero que sea importante, porque si no es así, incendio todo tu guardarropas. —amenazó con los ojos entrecerrados, y por lo que supuse a esa amenaza, el que llamaba era Louis.
Del otro lado de la linea, hablaban todo rápido, ya que lo único que yo podía oír era un débil murmullo, a lo que el muchacho solo asentía en silencio.
— ¿Él ya está aquí?—preguntó masajeando su cien derecha. Y se volvieron a escuchar murmullos.
— ¿Cómo nos encontró? —y otra vez, el ruido del habla de alguien.
— ¿Qué planean hacer? —preguntó Harry, con el puño derecho cerrado. — ¿Fue el idiota de Mateo, no es así?
Luego de que preguntó aquello, asintió y dijo un "de acuerdo" y colgó la llamada.
—Debemos irnos ya, Romance. —musitó fríamente, a lo que yo solo asentí con algo de temor, y el muchacho se dio cuenta de esto, y se acercó a mi, besando mi mano.
—Todo va a estar bien, Ro, solo que necesito dejarte en tu casa, ahora. —Luego de decir aquelló, Harry me regaló una deslumbrante sonrisa y besó mis labios por alrededor de cinco segundos, los más perfectos y hermosos de mi vida.
El muchacho me tomó de la cintura y nos dirigimos al señor que se encontraba en el taburete, cuando llegamos al restaurante. Harry le entregó unos billetes verdes, no sé precisamente de cuanto, y salimos del lugar. Fuimos caminando al aparcamiento, pero antes de poder subir al vehículo, vimos una sombra.
—Así que ahora, dejamos el papel del hechicero asesino, y nos ponemos a hacer de príncipe encantador. —musitó una voz grave, pero con un deje de dulzura, dejando un toqué malévolo a sus palabras.
— ¿Qué pretendes hacer Mateo? ¿Unirte al enemigo? —dijo Harry secamente.
—Por favor, querido camarada. Es una palabra muy fea enemigo, ya que solo tenemos unas pequeñas diferencias.
—¿Pequeñas diferencias? Por favor, Mateo. Desde que el mundo es mundo los hechiceros y los Wordas, se han disputado tanto el territorio europeo, como la soberanía de todo.
—Está bien, está bien, te concedo eso, pero... prefiero a los Wordas, que a los Sendal, quédate tranquilo de ello, y tú... No sé como odias más a los Wordas cuando Taylor Sendal quiso... —antes de que terminara la oración, Harry lo interrumpió.
—Estaba ahí, recuerdo perfectamente lo que sucedió. Pero sigo insistiendo... tú no deberías unirte a ellos, y mucho menos exponer a los tuyos, no me involucres, ni a mi ni a mi familia, en tus locuras.
—Tranquilo, camarada. Es solamente una pequeña unión; los Wordas no son tan malos...
—Uno hace poco casi me mata... —le contradijó el francés.
—Eres tan fuerte e inteligente Harry, que sucedió con eso... Tal vez, tenías una pequeña distracción. —musitó colocando sus ojos negros azabaché sobre mí, mientras él me contemplaba como si yo fuera comida... Que es como él me veía.
—Exacto, pero el punto es que cuando ya no te necesiten y seas un impedimento o un estorbo, acabarán contigo.
—Gracias por las sugerencias, pero yo solo venía a decirte algo.
— ¿Qué? —indagó fríamente el castaño.
—La quieren a la humana, el príncipe la quiere, y sabes lo que eso significa...—Harry lo interrumpió.
—No me importa lo que ese idiota quiera, ella es mía, infórmaselo. —contestó secamente.
— ¿Por una simple humana tanto problema? ¡El planeta esta lleno de ellas! —dijo incrédulo, posicionando su mirada en mi nuevamente. —Aunque sea demasido hermosa y deliciosa.
—Vete, Mateo... ya me has dejado el mensaje, ahora vete.—le ordenó violentamente.
—Yo que tú, no me metería con el príncipe de los Wordas.
Luego de decir aquello, desapareció ante mis ojos en menos de un segundo. Dejando mi cabeza hecha un tocadiscos, no entendía absolutamente nada. Y lo peor... es que hablaban de mi.
¿Quién es el príncipe de los Wordas? ¿Por qué me quiere a mi? ¿qué o quienes son los Wordas? ¿Qué o quienes son los Sendal? ¿Quien es Taylor Sendal? Esas y miles de preguntas más se pasaban por mi mente, sin ninguna explicación coherente.

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