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lunes, 9 de septiembre de 2013

Dramma Queen - Capítulo 53


Dramma Queen
Capítulo 53

¿A qué hora dijo?
Está llegando tarde, alteza.
Oh, ese chico.
Sabe como es el príncipe Harry con la impuntualidad.
Lo sé, lo sé... ¿Cómo me veo? —pregunta la muchacha mirándose en el gran espejo de la habitación. —Y se sincera, Allison.
Se ve radiante, Su Alteza.
Eres demasiado halagadora. —comenta ella, con una sonrisa. — ¿El chofer?
En la puerta del hotel.
Me voy. —dijo la chica, observándose nuevamente en el espejo, y corriéndose el mechón del la cara, donde su cabello caía en perfectos bucles por sus hombros y espalda, mientras que su maquillaje se basaba en delineador, rimel y un poco de brillo labial. Lucía un vestido de corte redondo corto, de color blanco con rosa viejo, unos zapatos de tacón cerrados del mismo color y una pequeña cartera a composé, al igual que el sobretodo largo hasta por arriba de la rodilla. { http://www.polyvore.com/untitled_73/set?id=51088997 }
Subió al auto, donde el chofer la llevaría a donde supuestamente debía ir, ya que Emma no tenía idea donde era ese lugar. Luego de una hora más o menos, la limusina estacionó frente a la entrada del parque Donaupark. El auto, continuó su recorrido en el interior del mismo, hasta que llegó a una parte, donde la calle era demasiado estrecha para continuar en auto. Entonces, Emma bajó del vehículo, y continuó caminando en linea recta.
La oscuridad de la noche la impregnó por completo, y fue allí, donde casi tropieza con los zapatos de tacón, entonces, unas luces se encendieron, alumbrando el camino por los costados. Y los árboles, que estaban decorando aquel pavimentado camino, estaban revestidos con luces de diferentes colores, titilando con parsinomia.
Emma continuó caminando, maravillada con los direntes tipos de colores de luces, y los árboles, hasta la cúpula, llenos de lucesitas titilantes. Hasta que pudo divisar, frente a sus ojos, una alfombra roja, que llegaba hasta una mesa, con un mantel blanco, la cual estaba rodeada por otras luces, y al lado de la mesa, estaba Harry, luciendo un traje negro como esa noche, y con una sonrisa impregnada en su rostro.
Emma caminó hasta él, con una sonrisa similar a la suya, y se acercó a paso más rápido hasta el muchacho. Este, la miró de arriba a bajo, y le sorió con más ímpetu.
Gracias por venir. —dijo él, besando su mejilla, y tomándola de la mano. —Por favor, por acá, Su Alteza.
¿Por qué tan formal? —indagó ella, sentándose en una silla, luego de que este, la corriera caballerosamente.
Quiero hacer las cosas bien, esta vez.
¿Las cosas bien?
Primero comamos. Como sé, que la entrada no te gusta, comamos el plato principal primero. —dijo el chico, sonriéndole. —Carne asada con papas. ¿Tu favorito, verdad? —inquirió él, a lo que Emma, al correr la charola de plata observó la comida, y sonrió.
Así es.
Vino tinto Malbec. —comentó él, sirviéndole en la copa.
Muy bien, príncipe Harry. Sabe mis gustos. —comentó ella, riéndo quedamente.
De postre, tenemos helado de vainilla, dulce de leche granizado y chocolate. —dijo el chico, mirándola suavemente. —Y se escucha... —dijo este, tomando el reproductor de música, y dándole play. —The Beatles.
¿Eleanor Rigby?
¿O debería ser Let it be?
Muy bien, muy bien... Debo felicitarlo. —musitó ella, sonriéndole. —Está exquicito. —dijo, refiriéndose a la cena.
Por supuesto, fue hecho por mi.
¿Usted me ha cocinado? ¿No me está mintiendo? —preguntó ella, sin abandonar el tono formal, como él.
Por supuesto que no, Su Señoría. Sería incapaz de mentirle. —respondió el muchacho, bebiendo un sorbo de vino.¿Desea volver pronto a Inglaterra? ¿O preferiría quedarse más tiempo aquí?
Quisiera quedarme más tiempo en Viena. Además, tenemos que hacer mucho por aquí.
Lo sé, debemos esforzarnos bastante. Y tenemos muchísimas visitas extranjeras, y visitas que hacer a otros países.
¿Vamos a viajar? —preguntó Emma, con una sonrisa centellante en los labios.
Así es... París, Milán, Tokio, México, Río, Toronto, Roma, Munich, Nueva York, Buenos Aires, Sidney, Hong Kong y más, Su Alteza.
Es maravilloso. —dijo ella, feliz, sin dejar de comer, al igual que él. Y luego de unos cuantos minutos volvió a hablar.
¿Me permite esta pieza? —preguntó el chico, parándose de su asiento, y extendiéndole la mano a Emma, para que se parara de su silla, mientras Don't let me down sonaba. Esta, le entregó su mano, y en un instante se puso de pie. Sus manos se enrroscaron en el cuello del chico, mientras que las manos de él, se posaron en contorno a su cintura, y se balanceaban lentamente al compáz de la música. Cuando pasaron por lo menos dos minutos, Harry se separó de Emma, y en un gesto tan antiguo, como romántico, se apoyó con una rodilla de soporte en el suelo, y la otra flexionada, y, dentro de su saco, tomó una cajita de terciopelo azul, y al abrila, Emma abrió los ojos como dos platos.
Emma, dejando toda formalidad de lado, dejando el hecho de que somos príncipes de Gran Bretaña, dejando el hecho de que somos emperadores y reyes de Austro-Hungría, dejando de lado todas aquellas obligaciones que nos disponen el estar juntos. Como una mujer libre, eligiéndome como hombre, y no, como príncipe. ¿Quieres casarte conmigo? —preguntó el chico, exponiendo su corazón en aquellas palabras, y dejando a Emma, callada y entumecida. El chico, se puso más nervioso que el día de la coronación, al no optener respuesta de la chica, la cual, con los ojos llorosos observaba el anillo, y luego al chico.
Yo... —soltó de repente, sin decir nada en realidad.
Emma... Se completamente sincera.
Yo... Yo... —dijo nuevamente, con la voz ahogada. —Si, si quiero. Quiero casarme contigo. —musitó con rapidez, como si esas palabras le quemaran la boca. El muchacho, con una sonrisa centelleante en los labios, tomó el anillo de la cajita, y, quitó el anillo que Emma tenía en su dedo anular derecho, del compromiso arreglado, colocando el nuevo, con suavidad. Era de oro blanco, con un gran diamante en medio, bordeada la piedra central con pequeñas piezas de brillantes, unida a estas, había dos tiras de pequeñas piedras que llegaban a la banda de oro blanco, reluciendo bajo su propio esplendor, y bajo la luz de luna que bañaba el lugar. { http://shop.nordstrom.com/s/bony-levy-bridal-diamond-split-shank-semi-mount-ring-nordstrom-exclusive/3212461?cm_cat=datafeed&cm_ite=bony_levy_'bridal'_diamond_split_shank_semi_mount_ring_(nordstrom_exclusive):384032&cm_pla=jewelry:women:ring&cm_ven=Linkshare&siteId=Hy3bqNL2jtQ-buKf4uXjDzYOcZmDVhNeeA }
Harry se paró del lugar, tomando de la mano a la castaña, y besando esta con parsinomia, para luego, tomarla de la cintura, y acercarla a él, posando sus labios sobre los de ella, en un gesto de dulzura y amor, encajando sus labios, como dos piezas de rompecabezas.

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